Maison Karité es una cosmética pura, salvaje, muy eficaz y ética. En su fórmula se utilizan materias primas elaboradas por cooperativas de mujeres.
Una cosmética cuyos aceites proceden de árboles salvajes que se alimentan de la lluvia y el sol. Son las mujeres de las agrupaciones de Tamale, Norte de Ghana las que, artesanalmente, elaboran los productos de la firma.
Maison Karité se fundó en el 2012 pero fue en 2010 cuando Carmen, una de las fundadores de la marca, descubrió la Manteca de Karité y otros aceites de árboles salvajes que cuentan con innumerables beneficios para la belleza de la piel cuidando nuestra salud.
Carmen tiene Sensibilidad Química y no encontraba una cosmética en el mercado que la viniese bien a su tipo de piel. De ahí, que cuando llegó en 2010 al Lago Rosa en Senegal y vio a un hombre, que se disponía a extraer sal del fondo del mar, untarse la Manteca de Karité por toda su piel, se acercó y le pregunto para que servía. Él dio una respuesta sencilla y contundente: «para trabajar». Si a él le protegía, ella lo tenía que comprar. De esta forma, se hizo con un kilo en el mercado local y junto a los aceites de la zona y así empezó este gran proyecto.
Ya trabajan en 3 localidades en Senegal, donde se encuentra el pequeño taller artesano dedicado a la extracción por presión en frío de los aceites salvajes. Es en Ghana, donde se encuentra la cooperativa del Karité y finalmente en España, se elaboran los productos ecológicos y salvajes según la normativa europea.
Los productos que componen la línea son eficaces y están especialmente recomendados para pieles sensibles y delicadas, aquellas afectadas por alguna patología.
Con estos productos llega al mercado una nueva línea de cosmética verde que genera economía sostenible y empiedra a las mujeres. Con sus ventas se distribuye la riqueza hacia zonas deprimidas, pudiendo así vivir dignamente de su trabajo los colectivos que viven allí.
Maison Karité apuesta por un comercio justo, la trazabilidad y la pureza de sus ingredientes. Entre sus valores están el cuidado del medioambiente y la justicia social.
Sus Aceites Salvajes, Mantecas de Tratamiento y Elixires no contienen agua, esto les permite no tener que añadir ni emulsionantes, ni humectantes, ni ese largo etcétera de componentes, que sí contienen las fórmulas con agua, ya que los necesitan para conservase en perfecto estado.
Hablemos ahora de los productos que yo he tenido la gran suerte de probar y con los que estoy encantada.
Todos los que seguis mi blog, ya sabéis que soy una defensora de la cosmética natural y una alimentación saludable. En definitiva, el cambio de vida en el que estoy inmersa a mis 52 años.
Como ya os he dicho más de una vez, no todo me funciona y mi piel en esta etapa de mi vida está cambiando, necesito muchos cuidados y sólo quiero productos de calidad.
Os cuento:
- MANTECA PURA KARITÉ SALVAJE
Es salvaje, ecológica, pura y artesana. Sin refina y de comercio justo en origen.
Son mujeres en el Norte de Ghana las que hacen este cosmético a mano. Es quizás uno de los cosméticos más antiguos. Es un 10 para la piel, el cabello y las uñas.
Ya lo usaban en la antigüedad Cleopatra, Nefertiti o la mismísima Reina de Saba.
Un cosmético hidratante, regenerante, cicatrizante, antiséptico, anti-inflamatorio, emoliente y que te protege del frio, del sol y la polución. ¿Le podemos pedir algo más?
100% Salvaje y 100% ecológico. Un tesoro para tu salud y la de tu piel.
- CREMA FACIAL PIEL RADIANTE
Es una crema de día rica en bioactivos de acción detox. Me protege de la polución, es purifican y ultra-hidratante, algo que mi piel pide a gritos. Me está aportando elasticidad y mejorando mi tono, dejando mi piel muy jugosa. Se absorbe con mucha facilidad.
Entre sus ingredientes está la Manteca de Karité, la Moringa, la Lavanda y la Manzanilla entre otros.
Está indicada para pieles maduras. Mirad como va mi bote y eso que cunde muchísimo porque necesitas muy poquita cantidad, la fundes en las manos y con un suave masaje la repartes por el rostro y escote.
- MOUSSE FACIAL LIMPIADORA
Limpiador de uso diario, con Aceite de Moringa Salvaje, Peitgrain de Azahar, polvo de Rosa Damascena y una base de Jabón Negro Africano. Está elaborado a mano y no lleva ningún químico. Saponificado con ceniza y técnicas milenarias.
No sabéis como deja la piel, sin rastro de suciedad, sólo tenéis que mojar un poco el cepillo, la esponja o lo que vayáis a utilizar y frotar la superficie del producto, haréis una espuma y con ella limpiáis el rostro.
- JABON Y CHAMPU NEGRO AFRICANO
Natural y cien por cien vegetal, sin aditivos. Su elaboración se transmite de madres a hijas como un ritual milenario y se ha mantenido igual desde tiempos inmemoriales.
Sólo cuatro ingredientes hacen de este un producto increíble, que limpia y suaviza.
- Manteca de Karité Salvaje
- Aceite de Coco Virgen
- Aceite de Palmistre Salvaje
- Ceniza de Vainas de cacao.
De aspecto muy tosco y con un olor muy neutro te proporcionara cuando lo frotes una suave y cremosa espuma que te aportará la hidratación que necesitas.
Lo puedes usar para el rostro, el cuerpo y el cabello.
Es muy bueno para las pieles con acné ya que tiene gran efecto anti-bacteriano y purificante.
Elimina el olor corporal.
Como champú sólido actúa regulando el sebo, resulta ideal para el cuero cabelludo delicado, con caspa o grasa y actúa contra la caída del cabello.
Tras su uso es recomendable dejarlo en un punto seco.
Os aseguro que tienen una relación calidad – precio magnífica. Duran mucho tiempo ya que necesitas muy poca cantidad.
En Maison Karité todos ganan, porque se pagan sueldos dignos y el producto al precio que le corresponde.
Poco a poco según vayas terminando tus productos de belleza puedes ir haciendo como yo, invirtiendo en productos de cosmética natural y ecológica.
¡Os espero en el próximo post!